Parquet, seguros y peritos sin mérito


La Meritocracia básicamente es una forma de gobierno basada en el mérito (profesional, educación, deportes…etc), en la que se van escalando posiciones de la jerarquía en base a la capacidad, al merecimiento o incluso a la excelencia.

En un campo profesional, los puestos dentro de una empresa o colectivo, se deberían ocupar por la valoración de una serie de méritos (meritaje) que hagan digno al individuo de la posición.

Es curioso como ya Platón, en su «República Ideal», planteó dicho mecanismo, e incluso en la antigua China, Confuncio y Han Fei, fueron dos pensadores que propusieron sistemas meritocráticos.

Sin embargo, hoy día en nuestro país, en todos los campos de la vida social, desde la política a la empresa más insignificante, no suele premiarse, salvo contadas excepciones la valía o mérito de un individuo para ocupar o escalar a según qué cargos. Es la influencia, el dinero, el poder, los intereses o el más despreciable amiguismo, el desencadenante para que alguien que no haya hecho ningún mérito ocupe un cargo.

Esta última sigue siendo la forma de actuar de la España del siglo XXI (nos podría ir mucho mejor) y nuestras queridas compañías de seguros no van a ser menos. Ciertos puestos sensibles, como es el de périto, se da la paradoja que van a parar a supuestos «profesionales» que te dejan poco menos que consternados con su formas de actuar.

Recordemos la definición de perito: «Persona experta y reconocida por una fuente confiable en un tema, técnica o habilidad (organismos, entidad, asociación…etc) con capacidad para decidir en forma correcta, justa o inteligente, lo cual le confiere autoridad y estatus entre sus iguales o por el público en una materia específica».

 Y me pregunto yo, ¿que sabrá de parquet un fontanero, pintor o albañil? No dudo que pueda saber (hay gente para todo..) pero, ¿pero puede considerarse un perito en pavimento de madera? Muy probablemente no. Y lo curioso es que me encuentro con valoraciones de peritos de compañías de seguros dando afirmaciones y emitiendo juicios que dejan mucho que desear. Bajo estas líneas os dejo fotos de un suelo de parquet, cuyo siniestro no cubría el seguro porque no había humedad. Él perito no la veía y no se entretuvo en investigar o utilizar un simple higrómetro para comprobar la humedad de una madera que llevaba 29 años colocada y se levantó.




Para que os hagáis una idea, un suelo de madera estabilizado para colocarse, a lo sumo puede tener un 11% de humedad en interiores. Si la humedad no es correcta, da problemas al poco tiempo, no después de 29 años. Y sin embargo, este «supuesto perito» dijo que no cubría el siniestro porque no había humedad…


Puedo llegar a comprender que una compañía de seguros es un negocio y está para ganar dinero pero, creo que deben de empezar a pensar que la gente no es tonta, se informa y están quedando muy mal delante de la sociedad porque este es solo un ejemplo de muchos que me han tocado vivir por culpa de una mala elección de perito por parte de la compañía. A veces, no se leen ni las condiciones generales de la póliza de su propia compañía…


Y ya no hablemos de cuando mandan a una empresa reparadora… Por supuesto que habrá excepciones, no lo dudo, pero entre las prisas, los precios ajustados, el cliente mosqueado y que no suelen ser los más capacitados, se suelen formar unas peloteras que muy difícilmente se pueden arreglar con facilidad a posteriori.


El gran problema derivado de todo esto, y que es lo que realmente nos preocupa, es que luego empieza a cundir la sensación de que el parquet es delicado, el parquet se levanta, es mejor el porcelánico o la tarima y que el parquet da problemas.


El parquet no es el problema, como si lo es los malos profesionales, la falta de experiencia, las cosas mal hechas y la falta de mérito profesional de todas las partes. Necesitamos un gremio fuerte y una profesión regulada como es la de electricista, fontanero o instalador de aires acondicionados. Mientras tanto solo nos queda la impotencia y que no nos tomen en serio.


Señores de las compañías de seguros, más responsabilidad, menos amiguismo y más meritocracia. Nos irá mejor a todos. ¡Hasta la próxima!