Cómo distinguir un parquet/suelo de madera de un suelo laminado/sintético

Parquet en casas, parquet en comercios, parquet en juzgados, hoteles, ayuntamientos… El parquet está de moda y, ya sea debido al boom inmobiliario o a una moda pasajera, lo que si es cierto que podemos toparnos con cualquiera de sus variantes, allá dónde vayamos. A nuestro correo han llegado numerosas consultas sobre la cuestión de poder distinguir un suelo de parquet de madera de uno sintético. ¿Por qué es importante distinguir entre uno u otro tipo de suelo? ¿Por qué nos podría ser útil? Pues bien por simple curiosidad, o bien porque hayamos adquirido una vivienda o local, y deseemos repararlo o/y acuchillarlo .

No es lo mismo querer reparar un suelo laminado, que reparar un parquet de madera natural, que estén en mal estado. Como ya hemos visto en alguna otra ocasión (ver post anterior), la reparación del suelo laminado consiste en cambiar, bien las lamas que estén estropeadas, bien toda la superficie completa. En el caso de la madera, podemos acuchillarla y estrenarla como el primer día, esa es una de sus múltiples ventajas, aparte de el confort, la elegancia, la distinción, la calidez… (me encanta la madera como podéis ver).

Hace no muchos años, el suelo laminado/sintético, era fácil de detectar, pues eran imitaciones burdas de la madera. Hoy en día, si bien siguen siendo imitaciones, los adelantos tecnológicos han logrado hacer réplicas bastantes buenas de la auténtica madera; hay modelos que tienen la misma textura e incluso guardan casi los mismos patrones aleatorios en cuanto a veta y color.

Dejando a un lado algún modelo muy puntual, elitista y, por consiguiente prohibitivo (económicamente hablando claro) existen dos técnicas principales para distinguir un suelo de otro:

  1. Observamos una pieza desmontada e inspeccionamos el dorso y el perfil para cerciorarnos de que material se trata. Normalmente se consigue alguna pieza, bien porque se tiene material sobrante guardado de cuando se instaló, bien porque se ha tenido que arrancar un trozo para reponer, o porque estorbe para algún tipo de reforma.
  2. Si no queremos destrozar el suelo de parquet porque queremos conservarlo o, si no disponemos de piezas no montadas, lo que podemos hacer es ir observando la superficie, e intentar encontrar dos piezas que sean exactamente iguales. Si las encontramos, es un suelo laminado, si no logramos hallar dos piezas iguales, es «casi seguro» de que nos hayamos ante un parquet de madera natural.
Esto ocurre porque, como ya hemos explicado otras veces, la superficie del suelo laminado, justo debajo del «overlay» o capa protectora, está formada por un papel decorativo que imita la veta, el color y, a veces, la textura de la madera. Este papel es una fotografía cuyo patrón se repite cada «x» veces; así, si logramos ver dos piezas iguales, hemos logrado descifrar el enigma. Eso si, hay fábricas que están consiguiendo que esa repetición tarde cada vez más tiempo en producirse, por lo que, si nos topamos con estos materiales (cosa no muy usual), deberemos optar por emplear el primer procedimiento que hemos visto.

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